Un proceso de esudios Teológicos nos sirve para recibir las herramientas necesarias para la buena administración de las Sagradas Escrituras. Lo que se adquiere es un conocimiento teológico de forma sistemática, en donde descubrimos algunos misterios que hasta hace un tiempo nos eran desconocidos, por lo mismo, vale preguntarnos ¿Qué es la Teología sin el verdadero Conocimiento de Dios?. La teología se puede impartir en muchos centros de estudios teológicos, institutos, seminarios cristianos y universidades seculares, sin embargo el conocimiento de Dios es un cúmulo de experiencias que hemos vivido junto a nuestro Señor, lo conocemos cuanto estamos a solas con él, cuando estamos pasando por el valle de sombras y de muerte, le conocemos cuando descubrimos en su creación su gloria, le conocemos cuando por nuestras mejillas pueden correr lagrimas de agradecimiento por el perdón de nuestros pecados, le conocemos cuando perdonamos a aquellos que nos ofenden, le conocemos cuando experimentamos su inmenso amor, por eso puedo decir con toda confianza, que existe una diferencia enorme entre la teología como materia impartida y el verdadero conocimiento de Dios, por ello quiero recordar las palabras del apóstol Pablo a la iglesia de Filipenses:
“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mi no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro. Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo. Porque nosotros somos la circunsición, los que en el espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne. Aunque yo tengo también de que confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de que confiar en la carne, yo más; circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia;; en cuanto a la justicia que es por la ley, irreprensible. Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:1-8)
Cabe tan solo resumir, conocemos a Dios cuando le obedecemos, cuando nos sujetamos voluntariamente por amor, al grado de llegar a perderlo todo, para ganarlo a él.
Muchas bendiciones a todos ustedes.
Luis "Catato" Vidal M.
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