La familia nunca ha sido una piedra de tropiezo para la humanidad, todo lo contrario, ha sido un pilar fundamental en el desarrollo cultural y social de toda la historia del hombre. Ha sido una entidad estable que transciende las épocas, haciendo de estas el depender de la familia. Solo conocemos su inició “Dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne” (Génesis 2,24).
Sin duda, las elevadas cifras de quiebres matrimoniales son alarmantes, sobre todo en una sociedad que va en declive, hedonista, e independiente, pero es inmedible la esencia y fundamento de la familia, es más que un número racional, un pequeño ejemplo de esto “El Departamento de Comercio señaló que el PIB de EEUU, creció a una tasa promedio anual del 5.7% entre octubre y diciembre 2009” (Hernández G, 2009, p. 2), datos alentadores para un país desarrollado, primer mundista, sin embargo “su pobreza afecta al 14,3 por ciento de la población, un índice que no se alcanzaba desde 1994” (ElComercio.pe, 2009), entonces ¿Qué hace a un país llamarse desarrollado? ¿Lo hace una cifra, la realidad o el cúmulo de eventos desde sus inicios hasta hoy?, si es así, entonces ¿Qué parámetros mide el índice de divorcio? ¿Podrá reflejar este índice la extinción de la familia?, ¡no!, una sociedad no crece a base de cifras o estadísticas, se forja teniendo familias con principios morales y divinos intocables.
Ante esto, la iglesia tiene una labor importante en la educación social frente a los bombardeos contra la integridad familiar “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6). Al no existir una enseñanza cristiana transparente, con una genuina moral divina, el ser, el hombre, toma sus propias decisiones, arrastrando consigo un desequilibrio cultural, pérdida de valores y un trastorno emocional, formando irreparablemente una sociedad egoísta, sin afecto natural. Si la educación secular esta para garantizar la culturización, la moral y las buenas costumbres, entonces ¿qué papel cumple la iglesia en la sociedad?, es educar familias con principios inquebrantables, con raíces bíblicas solventes y no bajo sentimentalismos humanos. La educación secular es cognitiva, la educación cristiana tiene principios de eternidad.
Al enfrentarnos a esta realidad, la iglesia deja de ser partidista, local y sin identidad, transformándose en un ente Espiritual, eclesial, institucional y gubernamental importante, para dar a conocer la Educación Cristiana a una sociedad en Crisis emocional, asentándola en sus bases establecidas desde el Génesis. Cristo manifestó: "Conoceréis la Verdad , y la Verdad os hará Libres..." (Juan 8:32), ¿Cuál es la verdad para la Familia ?, que el matrimonio no esta fundamentado en sentimientos, porque son volubles, la familia debe estar arraigada en un compromiso verbal entre el hombre y la mujer ante Dios, un compromiso inalterables, que solo la muerte puede separar, un compromiso que Dios llama pacto y ese pacto es sellado por sangre, símbolo de unión. El mundo dice “Todo tiene solución, menos la muerte”, pero un ministro refuto “En Cristo, todo tiene solución, incluso la muerte” (Cancino C, 2000). Toda disolución, tiene solución en la verdad Dios.
¿Dónde encuentro orientación para el divorcio? ¿Dónde aprendo de los deberes conyugales? ¿Cómo guiará el joven su camino? ¿Dónde están los consejo para la crianza de los hijos?, se encuentran en el manual de Dios, la Biblia , que es la verdadera educación, de ahí logramos entender que la familia no se dirige a una “extinción”, más bien va encaminada a una “extensión”, por ser creada por un Dios eterno, para un fin eterno.
Luis "Catato" Vidal
Luis "Catato" Vidal
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