"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre".
Sin duda alguna estos cortos versos bíblicos muestran la obra redentora de Jesucristo, su exaltación. Sin embargo, no son solamente pasajes para admirar, enseñar o predicar cuantas veces quisiéramos, son versos para ser aplicados en nuestro diario vivir. El apóstol Pablo experimenta la exaltación de Jesús "Conozco a un hombre en Cristo...fue arrebatado al tercer cielo" (2 corintios 12:1-4), pero también nos proporciona el largo camino que debió recorrer Jesús antes de su exaltación, por lo mismo nos dice “Haya pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús”. Es aquí en donde nosotros debemos buscar cual es el sentir que hubo en Cristo Jesús. Hubo un solo sentir en Jesús "Siendo en forma de Dios a tomar forma humana". Para llevar a cabo éste sentir, Jesús debió asumir en forma voluntaria tres condiciones: Despojarse, Ser siervo y Obedecer:
Primero: NO ESTIMO EL SER IGUAL A DIOS. (Verso 6)
Dice Pablo que Jesús siendo Dios “No Estimó”, no apreció, no se encariño, no anhelo, no prefirió, no se aferro a su condición, no le atrajo dejar su condición para lograr un objetivo. Dejo la gloria para lograr su meta, por esta razón una vez finalizado su propósito ruega al padre: “Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera” (Juan 17:5). Cuando oró, estaba a las puertas de terminar su propósito. Para tomar la naturaleza humana no se aferró a su naturaleza divina, no exclamó “Voy y vuelvo”, él sabía lo que perdía, él sabía que se estaba despojando de esa naturaleza, aún así “no estimó” y decidió tomar una forma limitada. Pablo me enseña no aferrarme a mi estado presente, no estimarlo. El primer sentir de Jesús fue dejarlo todo para lograr el propósito del Padre.
Segundo: TOMÓ FORMA DE SIERVO (Verso 7)
He leído algunos artículos con respecto a este párrafo y la gran mayoría menciona el hecho de ser imitadores de Jesús en el servicio, prestar ayuda a los demás, porque él vino a servir. Así mismos toman algunos pasajes bíblicos como Marcos 10:45 “Porque el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos”. Creo en realidad que Jesús sirvió a quienes lo rodeaban, pero no fue ese el fin único de su propósito entre los hombre, el vino para ser “El Siervo de Dios”, Juan relata “Nadie a visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el hijo único, que es Dios y está en el seno del padre” (Juan 1:18). Jesús pasó a ser el siervo de Dios, quién revelo al padre, quien dio a conocer el carácter del padre. Isaías relata en el capítulo 42: 1-4 “He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley”. Mateos 12:15-21 lo repite “He aquí mi siervo”
Los evangelios presentan a Jesús con características distintas; Mateo lo presenta como el Rey, el Mesías que los Judíos esperaban; Lucas lo presenta como el Hijo del Hombre; pero Marcos lo presenta como el Siervo y su pasaje clave es Marcos 10:45, pero este siervo esta a los pies de las personas, pronto a entregar ayuda y acudir en pos del inocente que ha sido quebrado por las injusticias sociales. Pero el siervo que presenta Pablo en Filipenses, es uno que viene a anunciar que el Reino de Dios esta entre ellos. Tiene características de profeta Lucas 4:16-19 “Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor”.
“Durante el proceso ante Pilato, Jesús, al ser interrogado si era rey, primero niega que sea rey en sentido terreno y político; después, cuando Pilato se lo pregunta por segunda vez, responde: "Tú dices que soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad" (Jn 18, 37). Esta respuesta une la misión real y sacerdotal del Mesías con la característica esencial de la misión profética. En efecto, el Profeta es llamado y enviado a dar testimonio de la verdad. Como testigo de la verdad él habla en nombre de Dios. En cierto sentido es la voz de Dios. Tal fue la misión de los Profetas que Dios envió a lo largo de los siglos a Israel” (S.S. Juan Pablo II).
Los cantos de Isaías lo declaran como el siervo de Dios. Jesús vino a ser el profeta de Dios, el que abre una brecha entre el hombre y Dios.
Pablo me enseña que debo ponerme en las manos de Dios como siervo de él, para hacer toda la voluntad del Padre. Hay muchos siervos hoy en día, todos lavan los pies, todos pueden limpiar, todos pueden ayudar, pero mantenerse haciendo la voluntad de Dios de forma fiel solo ha existido uno, Jesús y por eso fue exaltado. Es decir, Jesús siendo Dios, con igualdad de integridad que su padre, coexistentes desde el principio paso a ser su siervo de Dios.
Tercero: OBEDECIÓ (Verso 8).
Jesús tenía las mismas limitaciones humanas que cualquiera de nosotros, sin embargo, sujetó todas las pasiones carnales para hacer la voluntad del padre. Estando en esta condición se hizo obediente. "y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz". Saben cual es lo maravilloso de esto "que él se humilló a si mismo", es decir, aquel Dios que era desde el principio, que fue adorado por su pueblo, ahora está adorando al padre, aquel Dios que fue servido está ahora sirviendo al padre, aquel Dios que fue honrado está honrando al Padre. Entonces, ¿que le quedaba al padre luego de ésta obediencia sin límites? "darle un nombre que es sobre todo nombre".
El apóstol Pablo me enseña que Jesús estaba bajo estas condiciones como cualquiera de nosotros, pero él llegó a soportar todas las humillaciones, todos los dolores para poder cumplir su objetivo final la redención del hombre, "haciendo obediente hasta la muerte y muerte de cruz". Que gran misterio es éste “grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne...” (1 Ti. 3:16).
El apóstol Pablo me enseña que Jesús estaba bajo estas condiciones como cualquiera de nosotros, pero él llegó a soportar todas las humillaciones, todos los dolores para poder cumplir su objetivo final la redención del hombre, "haciendo obediente hasta la muerte y muerte de cruz". Que gran misterio es éste “grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne...” (1 Ti. 3:16).
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús”.
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